CONTEXTOS POLITICOS Y EDUCATIVOS EN AMERICA LATINA
Curso_551047_17
Act 5_TRABAJO COLABORATIVO UNIDAD 1
¿CÓMO SE REFLEJA EL PROCESO DE INCLUSIÓN DE LA MUJER EN EL
ACTUAL SISTEMA EDUCATIVO COLOMBIANO?
PRESENTADO POR
JUAN CARLOS LEÓN CASTILLO
COD. 10.534.096
SANTOS GABRIEL RIBERA
COD. 7215702
ALFREDO RAMOS
COD. 16585691
TUTOR
JESÚS
MARÍA TOBAR
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
ECEDU
ESPECIALIZACIÓN
EN EDUCACIÓN, CULTURA Y POLÍTICA
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
UNAD
Popayán, octubre 7 de 2013
INTRODUCCIÓN
Nuestra reflexión girará sobre la importancia y
las problemáticas de la inclusión de la mujer en el sistema educativo
colombiano y latinoamericano. La escolarización de la mujer se ha convertido en
un tema de reflexión democrático trascendental en todo el subcontinente, dada
la tradicional marginación femenina no sólo de la educación, sino de su
participación activa en los procesos económicos, sociales, políticos y
culturales de las naciones latinoamericanas. Se reconoce, al menos
teóricamente, que un papel más protagónico de la mujer en la sociedad será
fundamental para el progreso económico y cultural de nuestros pueblos. Indiscutiblemente
el primer paso hacia ese propósito lo constituye la inclusión creciente de la
población femenina en el sistema educativo y es bien visto además, que las
mujeres empiezan a recoger los frutos de más de un siglo de lucha por la
igualdad de derechos frente a los hombres y cada vez se hace más común verlas
en posiciones de responsabilidad y de poder, ejerciendo sus derechos con
plenitud y libertad al tiempo que se promueve una cultura de respeto y
compañerismo entre hombres y mujeres. A pesar de los avances en
la escolarización femenina, aún persisten muchos obstáculos para garantizar la
participación plena de la mujer en la educación: la escasa inversión estatal en
la educación pública, la pobreza en Colombia y en Latinoamérica en general en
zonas suburbanas y en las zonas rurales, impide el ingreso de las niñas al
sistema educativo, los prejuicios, la consideración masculina y paterna de que
las niñas no deben estudiar, el embarazo adolescente, la escasez de medios,
etc. Todo lo anterior conlleva a que la participación masculina en la educación
sea ampliamente mayoritaria con respecto a la participación femenina, a pesar
de los esfuerzos de las autoridades educativas. Nuestro análisis de las
estadísticas consultadas demuestra que los avances de la inclusión de la mujer
no son muy satisfactorios. En el caso nuestro la situación es más preocupante,
ya que la comparación de Colombia con respecto a otros países Latinoamericanos
muestra un atraso de la participación femenina en la educación superior y en
los estudios de posgrado, como se manifiesta en los datos proporcionados por el
tutor para la investigación. En Colombia la matrícula universitaria registra
una participación del 51% de la mujer, contrasta con un 14.1% de la población
femenina todavía analfabeta. La brecha de desigualdad entre los hombres y las
mujeres persiste en la dirigencia política, los salarios y la participación en
los estudios de posgrado. Sin embargo, el camino aún es largo, debido al retraso de altos
niveles formativos sobre todo a nivel doctoral en esta región del mundo y por
supuesto Colombia. Las economías nacionales se basan cada vez más en el conocimiento,
por tal razón la ciencia y la tecnología deben ser consideradas estratégicas y
determinantes para el desarrollo económico. Debería ser, entonces, una política
estatal la proliferación de estos programas, esforzándose en el mejoramiento de
su calidad y de su pertinencia por la posibilidad de mejorar la generación de
conocimiento científico y de innovación tecnológica. Entonces, las ganancias de
la participación de las mujeres en la educación deben ser enormes: la reducción
de la natalidad, la participación creciente en la dinámica económica y social, en
la autonomía política, en el fortalecimiento de la autoestima, etc. Acelerar el
proceso educativo de la mujer en Colombia y en América Latina en general, es
una de las mejores herramientas para combatir la pobreza y fomentar el
desarrollo de las regiones.
CONCLUSIONES
SOBRE EL TEMA
La historia nos muestra como las mujeres han tenido que luchar
para alcanzar un lugar en la sociedad. La Revolución Francesa y las
revoluciones liberales del siglo XIX no modificaron la situación de la mujer,
sus derechos a la igualdad jurídica, sus derechos políticos, la protección
social por parte del Estado y su inclusión en el sistema educativo no le fueron
reconocidos. Los prejuicios de la sociedad patriarcal, la falta de voluntad
política de los gobiernos y las políticas culturales impidieron un papel
protagónico de la mujer a lo largo del siglo XIX y en las primeras décadas del
siglo XX.
La inclusión de la mujer en el sistema educativo ha sido paulatina,
lenta y llena de obstáculos. Progresivamente los Estados y la sociedad en su
conjunto han ido reconociendo la importancia de la participación de la mujer en
la vida productiva, política y cultural de las sociedades. Lo anterior se hizo
más visible con la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre en 1948 y en los protocolos posteriores firmados por las Naciones
Unidas. Desde que la mujer tuvo acceso a la educación formal en todas las áreas
sus capacidades aumentaron, permitiéndole una mayor independencia económica,
derecho a la propiedad, mayor respeto y bienestar, aumentando su participación
económica, política y cultural. Esto le permitió obtener libertades que
le llevaron, no sólo a cubrir sus necesidades básicas sino también las de sus
hijos y de la sociedad, así como a tener una mayor participación en la
democracia del país uno de los logros más grandes a través de la historia
colombiana. La inclusión de la mujer y la aparición de la igualdad de
oportunidades, le han permitido su “empoderamiento” y su incorporación
paulatina al mundo de lo público, insertándose aceleradamente en el trabajo
productivo y en la acción comunitaria y social, pero más lentamente, en el
ámbito político, por lo tanto la participación social y política de las
mujeres, es una estrategia central en la profundización de la democracia.
Aunque los datos presentados no contabilizan el aporte en vidas humanas y el
sostén emocional que las mujeres prestan a sus hijos, familias y comunidad,
dimensiones todas ellas muy difíciles de cuantificar, es notoria la importancia
que en la transformación familiar y social ha ido tomando la participación de
la mujer. La inclusión de la mujer en el ámbito académico, refleja su lucha
política y participativa en Colombia, y se constituye en el gran avance de los
últimos 50 años, modificando las creencias y prejuicios, propiciando una
apertura mental y sobre la comprensión femenina de la necesidad de la lucha por
el reconocimiento de sus derechos y de la importancia de su inclusión en el
sistema educativo. Entre los años 1970 y 1990, en Colombia, se observa un avance
significativo de la inclusión educativa de la mujer, aunque las inversiones de
la educación y la cultura siempre han sido extremadamente bajas en comparación
con las inversiones en infraestructura y en seguridad. Aun así, la mujer
adquirió protagonismo y un liderazgo visible, con mayor participación y
presencia en la educación media y superior, aunque todavía, no hay
equidad con respecto a los hombres en el mundo laboral. Desde que las mujeres
obtuvieron el derecho al voto en 1954, el desarrollo legal en el país ha
propendido a la inclusión de las mujeres en cargos de decisión política y
educativa. En primer lugar, la Constitución Política de Colombia de 1991 (y sus
posteriores reformas), no solo reconoció la igualdad entre hombres y mujeres
(artículos 13 y 43), sino la obligación de garantizar la adecuada y efectiva
participación de la mujer en los niveles decisorios de la Administración
Pública, académica y social, es así como las mujeres han adquirido un estatus
de reconocimiento laboral y académico en la definición de políticas para nuestro
territorio colombiano. De hecho, hoy las mujeres gozan de las mismos derechos,
deberes y obligaciones. Si no se hubiese dado esa inclusión de la mujer en el
sistema educativo, seguramente hoy día no tendrían la formación intelectual, el
bagaje cultural y la suficiente preparación para encabezar esos movimientos. Las
mujeres han entendido que el desarrollo personal y laboral depende en gran
medida de su participación en el ámbito educativo, su preparación académica y
fortalecimiento en las decisiones democráticas, logrando apropiarse de sus
propias vidas contribuyendo al desarrollo de los demás, con el fin de conformar
una mejor sociedad basada en la igualdad, la democracia, la investigación y la
formación de conocimiento. La Ley 1496 del 29 de diciembre de 2011, garantiza
la igualdad salarial y retribución laboral para mujeres y hombres en Colombia
pero de gran importancia para la mujer y para el avance de la sociedad. Sin
embargo se necesita más que una Ley para cambiar la cultura de un país, en las
que algunas mujeres prefieren la dependencia económica, algunas no creen
en su capacidad para desempeñarse en el mundo laboral, dejando pasar las
oportunidades que se les presentan porque continúan pensando que son los
hombres más fuertes o inteligentes que las mujeres.
BIBLIOGRAFÍA
GONZÁLEZ,
ARIEL CAMILO - MÓDULO CONTEXTOS POLÍTICOS Y EDUCATIVOS EN LATINOAMÉRICA, Unidad 1, Latinoamérica como proyecto
educativo, Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Bogotá.
Subirats
Marina.(1998) La educación de las
mujeres: de la marginalidad a la coeducación. Serie Mujer y Desarrollo.
Naciones Unidas..
Casa Editorial
El Tiempo S. A.,(2009) –Dirección de
responsabilidad social y la Fundación Ética Mundial-, Bogotá D.C.
CIBERGRAFÍA
http://educacionypoliticaguiro.wordpress.com/2012/10/06/datos-sobre-equidad-salarial-en-latinoamerica/
http://www.elespectador.com/noticias/politica/articulo-374631-denuncian-colombia-mantiene-brecha-salarial-entre-hombres-y-muje
http://paroflox.wordpress.com/2012/09/27/5/
http://contextospeal16mya.wordpress.com/2012/09/21/analisis-y-conclusiones-sobre-la-equidad-salarial-en-colombia-y-latinoamerica/
http://www.portafolio.co/economia/colombia-sube-17-puestos-ranking-desigualdad-genero
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